Esto resulta normal, si tenemos en cuenta que los integrantes del 15-M están mucho más ideologizados que la media española y en torno al 80% de ellos se ubican en la izquierda. En contra de lo que se cree, más de la mitad de los que participaron en estas movilizaciones sí que votaron en las sucesivas elecciones de 2011, aunque en su inmensa mayoría optaron por partidos minoritarios (el 79%). El 15-M rompe con uno de los tópicos más extendidos de la actualidad y que rememora aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor: a los jóvenes de hoy en día sí que les interesa la política. Es cierto que, como en el conjunto de la sociedad, una minoría es la que muestra un mayor interés. Pero si comparamos los datos del CIS de 1989 en una encuesta dirigida a menores de 30 años, con la que se realizó en 2009 al mismo grupo de edad, veremos que su interés por la política ha aumentado 10 puntos desde entonces. Es decir, a los jóvenes actuales les interesa más la política que a sus padres.
No obstante, es cierto que los participantes del 15-M no son una muestra representativa del conjunto de la juventud. Si fuera así, no entenderíamos qué pasó en las pasadas elecciones generales. En la derrota socialista de noviembre, los jóvenes tuvieron un papel muy relevante. El 20-N, el PP obtuvo la mayor intención directa de voto en los menores de 35 años de toda la democracia y su ventaja respecto al PSOE en este grupo de edad es la máxima desde que disponemos de datos en el CIS.
Entonces, ¿esto significa que la mayoría de jóvenes son conservadores? Si analizamos la evolución ideológica de los menores de 35 años, vemos que su preferencia por los valores progresistas ha disminuido bastante desde el comienzo de la democracia. En los años 80, el 50% de los jóvenes se situaban en la izquierda, mientras que en 2011 este porcentaje bajó al 34,2. En cambio, el porcentaje de conservadores ha pasado del 14,7 de 1986 al 22,2% de 2011. Es decir, la mayoría de los menores de 35 años siguen siendo de izquierdas, aunque las posiciones conservadoras y con menor perfil ideológico han ganado peso.
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